SANGRE DERRAMADA

 

La muy noble y leal ciudad de Orduña

“Os han destetado del campo. Os han expropiado la inocencia. Os han desintegrado de vuestro cariño. Os han arrebatado la sabiduría del no querer saber, la alegría de ignorar, y no habéis protestado”

Miguel Hernández

 

La muy noble y leal ciudad de Orduña


SANGRE DERRAMADA

A los niños de la posguerra aún se nos caen las lágrimas, las que resbalaban por la cara, son las que no dejaron cunetas ni rayas … Pero hay una claridad que nos ilumina: Hoy, algunos no tenemos que matar, invitados por los tiranos, para ser libres cuando la vida que escogemos es saboteada.  Degustamos el placer de nuestra dignidad…aunque traten, de nuevo, robarnos la libertad que tanta sangre costó.

 

La muy noble y leal ciudad de Orduña

De nuevo la lejanía se hace eternidad, dentro de la distancia de ese mundo que perdimos; del que tanto nos hablaban seres que tanto amaron lo poco que conquistaron...

 

Ya solo queda el murmullo del silencio que mencionaba mi nombre entre pasos serpentinos, caminando por la naturaleza entre pinares y abetos, entre zarzas de las que aún escuecen sus heridas, provocadas por rastreras insidias de personajes nefastos e inservibles, presagiando lo inhumano dentro de nuestra sociedad.

 

Aún fluye el aire en nuestras vidas. Aura que penetra cual filamento en los pulmones, llenando el habitáculo de ese oro necesario que, graciosamente, se introduce entre las yedras de nuestra anatomía, humedeciendo los prolijos sentidos enriquecidos por las emociones que, muy suavemente, respiran el aura

 

La muy noble y leal ciudad de Orduña

y funden sus mieses introduciéndose en el laberinto de las palabras las que, inasibles, hoy se adhieren sensatas a una nueva sonrisa que transfigura los rostros apropiándose de la frescura que era intrínseca, y de susurrante perfil cual yelmo de poesía, que emana del polvo de los caminos; del agua de los ríos y de las fuentes de honrosa claridad y pureza, cuya agua atiende a seres de otros lugares...

 

La muy noble y leal ciudad de Orduña

Los que hemos descubierto en los viajes por caminos y cañadas, montes libres de alimañas… placiendo entre sus gentes, y paisajes pacíficos encontrados, distraídos y apacibles. Mientras 
nuestros pasos dejan la huella de una vida en con templanza.

05.01.24        

Antonio Molina Medina

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