ME INCRUSTO EN SU CANTO

 

Gaucin- Serranía de Ronda- Andalucía

“Aquel que se atreve a manchar esas manos, aquellos que se atreven a deshonrar esa sangre, son los traidores asesinos del pueblo y la poesía, y nadie los lavará: en su misma suciedad quedarán cegados.”

Miguel Hernández.

 

Parque de los Alcornocales- Chorrosquina- El Cobre

ME INCRUSTO EN SU CANTO

Te levantas impulsado y en concordia con los sedientos placeres de voces musicadas que no dejan de gritar a los vientos la verdad y no la mentira; y te dejas llevar por un manojo de hierba a la que me aferro desde la Vega de los sueños donde lo conocí, entre los chopos en su invierno, por donde paseaba Whitman, a las orillas del Hudson. Aferrado a su mano, explorando su barba blanca en su Oda del maestro Federico el de la Fuente… Él me lo descubrió entre sofocados latidos de un corazón joven y soñador, que se quejaba del destino: <<Se me cortó el aliento y mi sangre se detiene cuando, a mi alrededor, veo a tantos que sólo parecen haber nacido para comer y dormir, y seguir siempre con esa misma rutina. Siento entonces que también yo acabaré cayendo en esa corriente ¡Y viviré y moriré en vano>>

 

Gaucín- Serania de Ronda- Andalucía

Me detengo a pensar en ese manojo de hierba que él nos ofrece, junto a su barba blanca de emblemáticas y sagaces canas junto a sus desdichas. Lograron dejarnos la dicha de poder llegar hasta sus aposentos, los de un ser que se paseaba en los campos de batalla para atender a los cuerpos destrozados por las balas en guerras entre hermanos.

 

Lejos del olvido y de la ignorancia la mente, se adhiere al conductor que liga a su corazón con la mirada, y expresión de esa cara tan profunda del rostro de Whitman, ya que detrás, está esa humanidad que solo los seres libres son capaces de dejar al descubierto, su profundo amor por los demás.

Gaucín- Serranía de Ronda- Andalucía

<<Madura su semilla de libertad, / que a su vez engendraba semilla, / que los vientos llevarán lejos y sembrarán de nuevo, / y las lluvias nutrirán.>> Whitman

 

Hoy, la fuerza de sus ojos que centelleaban las paredes de lo mordiente y falaz de la vida de los mortales, se adhiere a su alma, y se sonríe en lo profundo de su armadura, ya sin correajes que se abracen a su mente. Sin lápices corrosivos que puedan enturbiar los rasgos sedientos de lucidez que manan de la fuente de esa agua manantial, la de una vida que se consolidó a la libertad de nítido pensamiento, escuchando sonidos sedientos de las lágrimas de gargantas que, aun entre notas y sonidos de cuerdas de guitarras seducen almas sin pausa, agilizando los momentos y pensamientos que nos podrían volver locos de alegría, con el pensamiento en su alborozada y aguerrida Andalucía, sin vientos que le incomoden ni sustancias de desdicha. Y, con un puñado de trigo iré “al Padre Santo de Roma a ofrecerle la semilla” de la nueva libertad, que es la vida sin sangre que derramar, ni mentes haraganas que nos inciten al mal.

Majaralto- Parque de los Alcornocales- El Cobre- Algeciras


06.04.24

Antonio Molina Medina

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