Pensamientos
se deslizan entre las sombras,
que
intentan aferrarse a lo imposible.
Traslucido.
Sereno. Apacigua su corazón
que
en cabriolas le arrastra a su presencia,
cargado
de ilusiones.
Rebusca
en sus heridas su cálida sonrisa,
mirada
talismán, el iris de su luz.
La
claridad espejo, reflejo de su alma,
se
posa en su mirada,
penetrando
en su interior.
Lo
que su cristal refleja
atrapando
la luz,
aún
le llega a su cuerpo
gracias
a su mirada.
El
brillo de sus ojos
se
enroscaba en su alma,
salpicando
su lluvia,
cual
firme manantial.
19/09/16
Antonio
Molina Medina
Sonrisa que atrapa, que cautiva, que embelesa, sonrisa desde su boca, hasta el alma de sus ojos.
ResponderEliminarBellísimos tus versos, amigo antonio, es un deleite disfrutar de tus poemas.
Un beso.