Las cosas han cambiado de lugar.
Las veredas han desaparecido
con el paso del tiempo.
Los manantiales están ocultos.
Los nidos de los pájaros han volado
a otros lugares más humanos.
La intensidad de luz, que antes nos
cegaba,
ya no llega ni a las fogatas que
surtían el cuerpo.
La apacible mirada del hombre se
ha descompuesto; su arrogancia nos
daña.
La soledad se mece incansable
en nuestro pecho e invade nuestra
alma.
Las flores se lamentan de que nadie
las mire.
Los ríos son profundos, sin agua que
los sacien.
La humanidad bosteza y fenece.
Porque los sentimientos son cascos de
caballos.
galopando con furia, ocultándose en la
noche.
13/04/17
Antonio
Molina Medina
Como los amigos, los paisajes cambian, se secan, se vuelan. Regueros sin agua si no lo remediamos. Abrazo
ResponderEliminarTodo cambia mi querido Toñín.
ResponderEliminarY nosotros también, sacas un desgarrador lamento, por el amor a tu tierra que es tu vida.
Un buen fin de semana y un abrazo para los dos.
Ambar
Todo en la vida cambia Antonio, en algunos casos son cambios que no son favorables, pero en todo caso vendrán otros que compensen. Siempre es un placer leer tus letras amigo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar¿Qué sería si todo permaneciera quieto? mejor que todo se mueva, que cambien las cosas para regenerarnos, que nada permanezca quieto, y crezcamos con los cambios, mi querido amigo.
ResponderEliminarTú y tu poesía son magia en este mundo de letras, gracias por ser y por existir.
Muchos besos y felices días.