Sinovas-Pedanía de Aranda de Duero-Castilla y León |
La
verdad es que soy un poco infantil y vivo de sueños. Pero también piso la
realidad y se impone mi propia cordura, querer algo que solo puede ser magia.
Solo la magia une a las personas. Y hay ojos muy bellos que no son alcanzables
en este desierto en el que vivimos.
Pero
sin sueños la vida es más oscura, más dura, menos intensa. Cada día que amanece
cuesta un poco más seguir viviendo de los sueños. La realidad me despierta hoy,
serena y cuerda, con razones que dejan sin capacidad de reaccionar a mi mente.
Los sentidos se aplacan con la misma medicina, dejar de soñar lo inalcanzable.
Aunque fuera poca cosa, mirar a los ojos a personas que aprecias y sientes los
latidos de su corazón a través del mismo aire que respiramos.
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Ya
ves, me considero un afortunado porque puedo respirar un día más y caminar por
las veredas de antaño, seguir soñando como un niño, ya que los niños nunca
alcanzaran todos los sueños que almacena su alma.
Sé
que soy muy torpe. Quizás inútil. Un ser que busca lo imposible, lo inalcanzable,
aunque solo de poder mirar su mente en un ser amable y sensible. Como el que mi
mente sueña, y que le sigue a todas partes.
Por
muchas luces que se apaguen en este corazón torpe, en sentimientos alcanzables.
Seguiré ahí sin miedo, pero con sueños. Mi alma se siente segura en los
pensamientos que pasan por sus ojos sabiendo que todo es un sueño inalcanzable.
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Alguien
dijo, si buscas la felicidad, esta al final del horizonte..., camina y mira al
final del camino, que la encontraras. Pasó el tiempo y seguía caminando y se
encontró con la persona que le dijo que caminara mirando el horizonte, para
decirle que, él seguía caminando y no veía el final del camino... Y le
contesto... Sigue caminando que al final de tu vida lo encontraras.
Sé
que son torpes palabras las mías, pero sigo por los caminos y seguiré
caminando. Qué más felicidad que poder seguir recorriendo lugares compartiendo
la vida con los seres que aman que, buscan la felicidad a raudales.
14.06.19
Antonio
Molina Medina
Creo que todos tenemos algo de niños y nos quedamos algunas veces entre los sueños, porque sin sueños es duro de llevar la vida, mi querido amigo, no dejemos de soñar, ni de latir, ni de seguir caminando, para encontrar ese lugar llamado felicidad.
ResponderEliminarUn placer leerte, y disfrutar de tan bellas palabras e imágenes.
Besos enormes y feliz noche.
Los latidos de la tierra que árida se muestra y nos trasporta a nuestra entrañable niñez, día que no volverán, pero estarán ahí en la retina misma de nuestros recuerdos, soñar nos queda y nunca jamás debemos de dejar de soñar.
ResponderEliminarUn inmenso abrazo poeta.