Por
el Genil caminaba.
Yo
miraba su rostro.
En
el río de sus lágrimas
su
cara aun relucía
y
su sonrisa de plata,
con
la fuerza del caballo,
arrastraba
su mirada.
Porque
se tuvo que ir
a
esa cárcel de su nada.
Aún
le recuerdo en los bosques
acompañando
a sus cabras.
Recuerdos
que acumulados
se
esparcen por su Granada
En
la vega canta el pájaro
y
el pez salta en el agua.
Aun
su voz suena a temprana.
La
noche se hizo tinieblas.
Oímos
su voz asustada.
Los
disparos le acunaban
y
la tierra, cuna, lo aguardaba.
Las
gentes velan su sueño
Nadie
duerme esa mañana.
Un
trueno rompe el silencio
con
una salve de sangre.
Sangre
de él, derramada.
28/08/14
Antonio
Molina Medina
Intensos versos y bella imagen.
ResponderEliminarLa noche se viste de recuerdos entre sueños de sangre derramada.
Besos y feliz día.
EliminarRecuerdos que está ahí y algunos no os dejamos que se mutilen, ni aúllen en nuestro cerebro. Son más lucidos y sabios recordarlos para hacernos la vida más apacible y sin cera.
Gracias amiga por estar.
Un beso
¡Qué bellos versos!! qué lindos recuerdos...
ResponderEliminarAfloran en el río esas flores
que un día cortaste para mi alegría,
en un ramillete bordado
de un beso con un te quiero...
hay existencia desde entonces,
en la retina de mi mirada,
cada vez que lo pienso,
veo esa maravillosa sonrisa.
Un fuerte abrazo amigo poeta.
Quizás será que sigo caminando por esos ríos de mi alma y los de mi niñez, los que siempre han estado cercanos y limpios... para volver a nacer otra vez en ellos, al final del camino andado, uniéndolos a los de esos mares de espigas y viñas y tierra sin límites que reposa mi cuerpo, a través de mis pies.
EliminarUn abrazo y gracias por estar.