Poemario dedicado a mi nieta Lucia Molina Martin |
Cuando la
luna aparece golosa en las noches
ancestrales,
brotando a borbotones sueños
incandescentes,
desde el fuego que atormenta,
envuelta en
minúsculas partículas de los ojos
de su
amada, se despoja de su manto y le atrapa
en la
distancia. Sublime en su candor, se desborda
el alma,
los sentidos se revelan, al pie de una fragua,
donde
moldean su cuerpo con el trueno golpean
al calor de
las brasas de madera de encina,
de
alcornoque, de haya, los golpes del acero,
los
convierten en suspiros del alma.
Sinovas. Castilla y León. |
¿Qué le
queda por decir de tan insigne milagro,
suspendido
en el aire que mece su cuerpo?
La trilogía
del canto, se aglutina en su rostro,
le resuenan
las horas de su tiempo de gloria.
La luna le
cobija, su sombra le transporta
a las
doradas praderas de espigas jugosas.
Harina de
trigo se mezcla con la sal de sus
lágrimas,
el agua manantial del que brota la
vida, de
levadura e incienso, mezclada con saliva.
21/02/16
Antonio Molina Medina
Hermosísimo poema dedicado a tu nieta, y es que tu alma en una estrella, amigo poeta.
ResponderEliminarFelicitaciones a ambos, a ti por esta entrada dedicada a tu nieta, y a ella, por este precioso regalo que ha recibido de su abuelo.
Besos a ambos.
ResponderEliminarLa verdad amiga María es que: Quizás sea la pasión que se abalanzo sobre mi mente y se hizo catapulta disparando mis dedos añosos lo que estaba masacrado por la impureza de algunos seres que dominaron mi mente y solo me hablaron del mal y sus consecuencia… Pero detrás de todo ese galimatías estaba escondida la verdad del cuento… De ese maravilloso ‘cuento’ el que nunca se acaba ya que al descubrirlo mi mente se ensancho al descubrir la autentica vida donde los sueños son los prioritarios compañeros de cualquier ser humano que se tenga por tal.
Cruce a la otra orilla del rio y el pasto era más exquisito y fértil, cuya yerba me aferro por los pies y mi cuerpo se dejo capturar, dejando a mi cuerpo repleto de sustancias que antes no pudo digerir. Las aguas nuevas limpias de cloro y basura humana bascularon dentro de mi alma de la que salió lo podrido que algunos introdujeron en ella para reposar hoy, en esa otra orilla de la esperanza.
Besos. Y gracias por existir.