Verdear mis ojos entre rayos floridos los que surten los jóvenes racimos recién
nacidos. Absorber el aire que respira la vida la que brota de sus hojas verdes
muy verdes que trastean por los viñedos dando alas a los pájaros y cigüeñas y águilas
que revuelan por su pedanía: el calor de la vida y el olor de sus tierras remueven
los sentidos de cualquier alma sencilla… mientras, resuena el tañido de la
campana de su añosa iglesia, jugosos latidos los que de un pueblo sensitivo se
dejan mecer entre los suspiros y cruce de caminos en el que deje mi alma
preñada de suspiros.
Entre pisadas de ruedas de tractores y menudos hundimientos en la tierra
y el barro sigo las huellas de rebaños de ovejas y sigue mi mente indagando el porqué
de la vida y… el porque de los sueños y hostigas a tus pasos en tu camino
abrazado a tus propios sentimientos. Con la vista posada en el horizonte, ves
su perfil impresionante figura la del pastor con su bastón entre sus manos y
sus perros arropando su mirada el pastor me saluda y de su sonrisa la que denota
esa paz añorada producto de su propia soledad sin guía que lo dirija y sin hastío
que lo extorsione.
12.06.20
Antonio Molina Medina
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