Reposo
mis dedos sobre el teclado y sus yemas se dejan de llevar por
los
pensamientos y susurros que resuenan en mi alma.
La
verdad y no la mentira suele ceder cuando tus pasos dejan a la
deriva
a su cuerpo y, ágilmente, se sabe rebobinar a tiempo a pesar de
sus
fantasías, ya que los lobos en las sombras se embravecen y se
apropian
de los sonidos hechos palabras y se dan un suculento festín,
aun
en su ferviente invierno que hoy camufla su cuerpo, y sus ojos se
sonríen
a pesar del momento.
La
luz es hoy más intensa y más sutil, y los cerezos están a punto de
dejar
el paisaje repleto se sueños y digno de palabras que florecen
hoy
incandescente, se arroja al abismo, donde la vereda se afianza
en
su ser, catapultando, palabras engarzadas que libera su corazón
en-saetado
de recuerdos, de vivencias hechas ascuas.
30.01.19
Antonio
Molina Medina
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