Sinovas pedania de Aranda de Duero. Castilla y León |
Caminaba lentamente por la orilla de las fincas. Las cepas, orgullosas, me miraban de soslayo y me sonreían y entre el abrupto terreno que ondeaba ante mi vista. encontré de improviso unas hormiguitas, agaché la cabeza y clavé la rodilla. La tierra suave y húmeda cedía a mis rodillas.
- Hola, Juana ¿dónde vas tan cargada? Y tú, Pedro, ¿por qué la sigues con la misma carga?… Anda que... ¡vaya fuerza que tiene ella! ¿eh? Y tú, con toda tu hombría, vas detrás de ella, un poquillo a trancas ¿eh? ¡que fuerza tiene la chiquita! Caminan con su carga que les triplica su peso y Pedro las mira:
Sinovas pedania de Aranda de Duero. Castilla y León
- Es que… esta chiquilla tiene
una fuerza enorme es la sangre, es la vida ¡‘releches’, como camina! tirando de
ese peso por estas veredas de barro y semillas...
- No. unas parras más adelante -me contestan - Detrás
de esos troncos un poquito más a delante, ahí a la izquierda de la última viña.
- me señalan.
Sinovas pedania de Aranda de Duero. Castilla y León
- Desde luego ¡qué lecciones nos dais, amigos! - les
digo.
- ¿No os peleáis? - les suplico.
Sinovas pedania de Aranda de Duero. Castilla y León
El grano se esconde entre las viñas.
- ¿Verdad que si María?, ¿verdad que si Lucia? - Les sugiero.
- Ya ves: Vamos en grupo buscando la comida - me indican,
ellas.
Observo como caminan, sin prisas que les inciten. Solo caminan, porque ellas solo hacen guardar su comida.
Sinovas pedania de Aranda de Duero. Castilla y León
Caminaba hacia la pedanía y al pasar por detrás de la
iglesia, los manzanos fluían y los antiguos moradores que reposan muy cerquita
de la iglesia, entre cruces, se encuentran esperando, como dice el profeta: resurgir
algún día.
Antonio Molina Medina
12.05.19
Voy de la mano de tus letras caminando por los prados de tus renglones, todo un placer leerte, y disfrutar de la naturaleza con las imágenes.
ResponderEliminarBesos, poeta.