Lucia Molina Martín. |
“¡Sí! ¡Sé de dónde procedo!
Insaciable cual llama
quemo, abraso y me consumo.
Luz se vuelve cuando toco
y carbón cuando abandono.
Llama soy sin duda alguna.”
Friedrich
Adoración Gonzales Martín |
Necesita poder viajar en las entrañas del viento; Sentir la lluvia recrearse sobre su cuerpo aterido de frío, frío que con sigilo sigue sus pasos, dejando una huella indeleble sobre el camino andado. El horizonte se confunde entre la bruma de sus ilusiones. El sol mira y se acomoda…y la luna henchida de dicha se solaza con ellos. Duele corazón. Las heridas escuecen entre sus ascuas. A veces se siente como una zarza molestaría, la que trata de quitarla de su alma, para que no le raye su piel ni la de los que aman… Que no oscurezca su hermosura milenaria.
No se olvida
que nació con la muerte y ella no olvida y se recrea. Nació con ella y se agiganta.
Con los pies en el suelo y la cabeza alta, se olvidó de su muerte, se olvidó de
su sombra, de sí mismo, para entregarlo todo a la mujer amada. Con los pies en
el suelo y el alma en sus manos, no renuncia a que sus manos le eleven del suelo…
Con ellas se aferrará a su brazo, a su cuerpo, a su cintura de cielo. Esa mezcla
de carne y de huesos limpiará lo que fuere por seguir a su lado. Ojos entornados
saturados de lágrimas contemplan realidades y sentimientos. Él sabe que el acto
en sí es una agresión de su cuerpo, un grito desgarrador que en ambos provoca. Explosión de partículas que se aman por murmullos de pasiones
se delatan. El amor consentido ruge con fuerza. Singladura incipiente que
constante se aferra a la vida. Vida plena… cuerda, sin hilachos ni fisuras,
segura y sin mentiras a pesar de sus torpezas…
Por eso busca
en ti mujer y tierna flor, lo inalcanzable… Lo sublime es lo que cuesta… quizás
no sea accesible a este ser incansable. Ser mujer… ser hombre… ese es el
galimatías que a todos precede. No se debe ocultar lo que al corazón le place,
provocado simplemente por ser un ser humano que quiere… les quiere… las quiere…
y se complace con todo lo que dice y hace… no hay más verdad que la generosidad
de darlo todo, todo… esa es la grandeza por donde transita su alma.
Río de la Miel. El Cobre-Algeciras.
Su corazón
sigue latiendo, se detiene un instante al mirarla a los ojos. Reconoce todo el
valor que su corazón expone. Lo hermoso que es su cuerpo y lo que lleva dentro,
un capote de grana, rojo candente como su propio fuego el que, calienta en sus
noches de su inmenso invierno… Gracias por todo querida amiga… poco más decir…
que el querer es sincero, como a él le inculcaron… sólo eso. Y que su lucha
será eterna aun después de muerto, te seguirá queriendo y buscando su cuerpo,
generoso y tierno. Nada ni nadie será capaz de desistir del intento… para poder
compartir su propio ser, ya que la vida es esa apuesta que todos hacemos al transitar
por ella colmado de sentimientos.
Antonio Molina Medina
18.02.21
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