Sabe
que es torpe, pero no perezoso.
Sabe
que es humano, pero no orgulloso.
Sabe
que la vida se zanja y por eso la exprime.
Sabe
que los regalos los mandaban las estrellas.
Sabe
que el silencio es mejor compartirlo.
No
tiene orgullo, lo perdió de niño.
No
vale nada, pertenece a la tierra.
En
el polvo del camino, pisaran su sombra.
Él
es una utopía, ni nada busca.
Solo
tratar de ser un punto en las estrellas.
Una
gota de agua para enjuagar la boca.
Por
si alguien necesita algo de humedad.
Sabe
que sus torpezas producen sus dudas.
Salió
de la sombra, una mañana,
que
no puedo olvidar,
olía
a tierra nueva, a pasto y a semilla,
que
enjuagaron su boca,
secaron
sus lágrimas,
las
que lavaron su cuerpo.
Ya
nunca un paso atrás.
Sabe
que en el camino hay mejores caminantes.
En
el cielo hay estrellas que relucen como el sol.
Pero
una tea de leña le ofreció su amistad,
cuya
llama aún alumbra, dentro de su corazón,
que
no se apagará, aun en soledad.
10.05.23
Antonio
Molina Medina
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