Algeciras- Andalucía
Nos decía el poeta: "Y yo soy greba y gusano, polvo de tierra, vaso lleno de corrupción, piedra insensible, sombra vagabunda, viento que va y no vuelve, veneno de áspid..."
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Getares- Playa- Algeciras |
Era su sombra
El águila y la serpiente, el alacrán y el
lagarto siguen pisando su sombra y, en su revoloteo, el águila, se desprenden
de entre las nubes los sentimientos que almacena entre sus plumas. Mientras, la
serpiente se cimbrea orgullosa de su hermosura entre el verde pasto, y las
comadrejas se hacen ver contemplando su esbeltez. Ya el alacrán se vuelve a
esconder, quizás por el miedo a ser pisoteado otra vez ante la falta de
honradez que le ofrecemos después de nacer; el lagarto sale por pies, dejando
su rastro entre acometidas y sueños sin vender.
Hoy, lúcidos, se unen entre las constelaciones
que siguen brillando descuidadas y sin final, estéticamente sencillas y cuerdas
y sin prepararse para morir, ya que solo los cuerpos opositores a la humanidad
reniegan de su proceder.
Ángeles y serafines nos delatan nuestro ocaso
y se desmerecen del ser humano, apartándose de él. La materia se descompone y
deja de existir sin el aire y sus acólitos que alumbran nuestro cielo en
abundancia de luces, aunque no tengan cerebro que piense en destruirlo, y solo
por el estar en su centro de una placa en su cementerio ya sin placer.
Majaralto. Chorrosquina. El Cobre
Corazón, corazón.
Si, el blanco de su alma se mezcla con el
rojo.
Su corazón y las arterias se funden entre
robles y Olivos; entre miel y cera; entre
olivas su aceite; entre seres que aman;
quereres que quieren... Sufres. Sufren.
Sufrimos.
Qué la nieve que cubre los campos de
espigas
sea el alimento sagrado que repueble
su despensa, y le cubra de gloria su
sombra.
Que ella te guíe, y se apodere de tu alma.
Que no te abandone nunca en todo tu
proceder.
Que el río que corre por tus venas no
lo sequé el olvido, no lo apacigüe el
tiempo,
siga siempre explosionando,
comprimiendo los sueños.
Salpicando sus jugos de amores y quereres,
de los que se alimenta, y se alimentara su
ser.
¡Cuántos amores ocultos!
¡Cuántas vidas cercenadas!
¡Cuánto tiempo perdido!
Ni la nieve ni el frío, entrarán en tu
alma.
Con el calor de tu pecho se acabaron
las penas.
Sus versos son los versos que le
provocan, le relajan y le queman, y le
haces
resurgir en su sombra.
El orgullo le embarga, le domina y le
agita
por tenerle a su lado aún en la
distancia,
en los sueños apoyados en sus barandas.
Será siempre vida, ante la vida-muerte.
La noche y el día.
Sólo las plegarias alegran la fuente…,
Fuente de su calma.
Orduña- Bizkaia- País Basco Sinovas Castilla y León Sinovas Castilla y León Sinovas Castilla y León
Antonio Molina
Medina
22.08.25
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