Cuando
mi padre era joven
de
niño yo le intuía y le quería.
Cuando
mi padre vivía
en
la sierra, junto al alba
me
regodeaba con él
de
su figura lozana.
Mi
padre era campesino,
de
los que dejaban huella,
que
subía a su cortijo
silbando
coplas divinas
que
de lejos yo escuchaba
y
me ponían sobre aviso
para
correr a su busca
recogiendo
su cariño,
que
gustoso él me daba.
Mi
padre cuando era joven
sé
que él a mí me quería.
Otra
tierra, otra vida, otra cultura,
otra
alegría.
Con
su menudo bigote
y
su boca bien formada,
silbando
coplas hermosas
que
me inundaban el alma.
Mi
padre cuando era joven
soñaba
con otros mundos,
siempre
mirando a las cumbres
con
la frente levantada
y
el corazón en un puño.
Postrado
en una pequeña loma
pintaba
lindos paisajes,
el
Peñón de Gibraltar,
el
Estrecho con sus aguas y
las
tierras que bañaba.
Mi
padre cuando era joven
me
alegraba con su silbido
yo
sentía su palpitar;
siempre
corría a su encuentro,
su
figura enamoraba,
luz
desprendía su cuerpo,
su
figura encandilaba.
Un
silbido salía de sus labios
resonando
su eco en toda la serranía,
impregnando
mi alma,
como
buen pastor y buen guía.
Antonio Molina
Hola Antonio.
ResponderEliminarMuy importante es la figura de un padre, cuando uno es pequeño los padres son nuestro pilón de fuerza y seguridad.
Preciosos versos y bella foto de un entrañable recuerdo.
Un abrazo
Ambar
FELIZ NAVIDAD.
Hola Antonio.
ResponderEliminarSiento que esto ya se ha quedado crónico, otra vez no se ha actualizado, hasta el día 31 no volveré a visitar, pero de ninguno de vosotros me olvido, me doy una vuelta por todos los que me es posible, pero si alguno me queda, sepáis que a todos os llevo en el corazón, no solo en estas fechas, sino todos los días del año.
FELIZ NAVIDAD.
Un abrazo
Ambar
Gracias Ambar por estar.
EliminarFELICES FIESTAS.
Un abrazo
Antonio