Esta
oración ya no tiene consistencia.
Quizás
esta plegaria se haya muerto
apagando
su luz con el paso del tiempo.
Se
difuminó pero el mundo gira y gira
y
te reencuentras en cualquier momento
con
el amor mezclado entre la bruma oculto,
y
que no se encuentra muerto.
—Mamá,
¿dónde está papá? ¿Por que no viene?
Un
niño de corta edad, cuya tristeza se refleja
en
su rostro agobiado y acongojado,
se
define rodeando con sus brazos
el
cuello de su madre, acurrucándose en su regazo.
En
un asiento de un tren de cercanías
una
madre aprieta contra su pecho
el
producto de un amor marchito,
el
fruto de su unión;
sus
ojos ausentes denotan tristeza.
En
el semblante del niño
el
miedo, la incomprensión
en
su edad temprana y tierna,
por
la intransigencia de sus progenitores
Lentamente
el tren se acerca a su destino
donde
una madre anónima consuela a su retoño
oprimiéndolo
contra su pecho herido,
diciéndole
que dentro de unos días,
podrá
volver a ver a su padre en la ciudad.
Triste
destino el de una flor que espera florecer
por
la ceguera de aquellos
que
le dieron con amor la vida,
por
lo difícil de la convivencia
y
de lo poco que nos soportamos los seres vivos.
Los
niños, una vez más, son los más débiles;
los
daños colaterales de todas las contiendas
que
no entienden de luchas inquisitivas
entre
un padre y una madre que ya no se acuerdan
del
amor que un día acaeció en su existencia.
¡Dios!
¿Por qué tanta agonía?
La
angustia se apodera de mi alma,
me
aprisiona el pecho y
acelera
mi corazón;
no
puedo comprender tal desatino,
el
dolor me quema por dentro.
La
congoja me oprime la garganta,
brotando
de mis ojos una lágrima
que
lentamente resbala por mi rostro.
¡Dios!
Mi mente no razona,
no
entiende ni comprende
el
por qué un niño tan tierno
al
comienzo de su corta andadura
como
un cachorro de león rugiente,
debe
sufrir tal desamor, tanta locura;
la
de un mundo que nos lleva hacia el abismo.
Una
vez más, nos falla la palabra.
Un
niño ha clavado la punta de su arado
en
lo más profundo de mi pecho
para
seguir manteniendo vivas las semillas
y
que sigan brotando mis recuerdos.
Iluminado
por la llama de un pájaro roto,
que
no logra comprender lo que le pasa
en
los albores de su edad primera, cuando
el
amor es el primer alimento en nuestras vidas.
Antonio Molina Medina
Hola Antonio.
ResponderEliminarLos vengo repasando todos, y aquí me paro a pensar en estas tan grandes verdades, por que el amor tiene que ser una mezcla de felicidad y dolor?
Preciosos todos los que he repasado y este, noto añoranza y nostalgia de un padre querido, al mío lo perdí, cuendo tenía 11 años, la vida es así.
Feliz Navidad, ahora y siempre, a Ti,
Pequeña Particular de Energía Universal del Cosmos
A Ti, que en este preciso instante me lees
Te Amo, por ser hebra del hilo que teje el tapiz de la vida
Soy porque somos, porque somos soy
Amar y ser Amado, es la misión del Alma
Amarte y saber que me Amas...
Es suficiente.
Ambar
Te deseo mucha felicidad
EliminarTengo pena mucha pena
Una penita que me ahoga
Que un niño se durmiera
Sin un beso de su madre
Porque él no la tuviera.
Molina 19/12/13