Hoy desde mi cielo azul y
una pradera de silvestres flores,
de animales libres,
una bandada de pájaros
dibujaron tu rostro
en lo más alto del cielo.
Te miraba, miraba, miraba
y tú sonreías, reluciendo
en tus dientes de nácar
el resplandor del sol.
Yo, íntimamente, me alegraba.
Contemplando el rostro
un escalofrío recorre mi cuerpo;
sentirte tan cerca, y, verte tan lejos
A.
Molina Medina
Sentir la cercanía desde una mirada hacia lo alto del cielo, notando una sonrisa en tu palpitar, y sintiendo el sol en tu mirada, preciosos versos, amigo Antonio, me han encantado, así como la imagen.
ResponderEliminarUn beso.