Recogiendo mis
manos,
dedos
temblorosos buscan tu
palma para
besarte con fe.
Degusto tu
calor con un beso
certero que
mis labios ansían
cálidos y
seguros al besar tu
plácida piel.
Por los poros
de tu cuerpo
aflora el aire
serrana.
Por la entrada
de tu boca
mana el agua
de tu río,
la sal de tus
enaguas,
el jugo de tu
sed,
el fuego de tu
corazón, serrana.
Mis ojos se
nublan tiernos y
Sentidos.
Surtidor de brizos
los no
consentidos,
los que
vacilan al mirarte,
dejándose
atrapar.
Coagulado.
Desprotegido
me aferraba a
tu mano,
cuyos dedos
atrapo,
para llenar de
saliva,
mi corazón que
es de barro.
12/09/16
Antonio Molina
Medina
Y laten las almas desde el deseo hasta enlazar las manos, y los poros se dilatan, y los cuerpos vibran, y las letras danzan, entre las mareas.
ResponderEliminarMe parece precioso tu poema, te felicito, por el arte que transmiten tus versos.
Un beso.