RECUERDOS DE LA NIÑEZ

Cuando correteábamos los campos
acudíamos a las fuentes
con cantaros a nuestros hombros
para reponer las tinajas y
botijos para el campo.
Compartíamos el pan
¡Y nunca estuvimos hartos!
Éramos constructores de
puentes y de caminos.
Con las sobras de las fuentes
formábamos grandes presas
que sorprendían a los vecinos.
Y retozábamos en los prados.
Jugábamos a ser mayores y
nos mirábamos como hermanos,
a los animales cuidábamos.
Y bebían en los ríos y
a, paso lento, volvíamos
con ellos al caserío.
Recogíamos las trampas
 con algún gorrioncillo
que ayudaba a los padres
ante tanto mal parido.
Saltábamos a la comba,
al volteo de las tabas;
al juego de la pelota:
con un manojo de trapos
corríamos sobre ella.
A los cromos y al gambocho,
a la cuerda en la plazuela,
al chorro-morro y a espadas
y al juego de la rana
por detrás las estajeras.
31/08/17

Antonio Molina Medina

3 comentarios:

  1. Aquellos juegos en la calle, el agua fresca de los ríos no contaminados, la alegría de ser libres en nuestra inocencia. Buenos y bonitos versos. Abrazo

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  2. Me has trasladado a mi niñez, mi querido amigo Antonio, con los cromos, con los juegos de la comba, y sobre todo, jugar a ser mayores, qué grande es la niñez, la mejor etapa de la vida, donde reina la inocencia.

    Me ha encantado esta entrada, Poeta.

    Besos.

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  3. Esos recuerdos quedan en la retina por siempre. Unos tiempos que no volverán jamás, la niñez es la época más hermosa por la inocencia y el aprendizaje de los sentires. Un abrazo poeta lleno de mi siempre amistad.

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