Ciudad de Granada |
Corre
el reloj en esta singladura que es la vida,
por
donde caminamos, buscando luz y
también
la muerte.
Quizás
la luz se deje sorprender
entre
las nubes en un amanecer.
Y
las pestañas se dobleguen por
el
intenso sonido de la mar.
Las
olas rompen contra las rocas,
las
arenas nos convencen de
que
no debemos luchar contra ellas,
porque
son productos de un pedazo de su mar.
Pasan
los años y el contador no deja de correr.
Y
la distancia no deja de minar los sentimientos
que
almacena su alma. La vida se inhala en plegarias.
Pletórico,
sigue inspirando lo que un día fue,
producto
de un sueño y un largo amanecer
en
un trabajo cierto y fiero
que
nos hace ver entre cristales,
que
la vida merece ser vivida,
apostando
con los sueños de otras gentes.
Otros
credos, sabiendo que la verdad
está
en cada uno de los mortales.
21/05/14
Antonio Molina
Medina
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