SONETO A JUAN MEDINA (FORRAJE)



El Cobre - Algeciras

El irrumpió de Cobre, espigado, erguido,
ansiaba volar alimentando a su gente.
Brotó de su garganta, grito hiriente
como el corazón de un pájaro prendido.

Su pecho sin sombra, consumido
soportaba vientos, hincándoles el diente
como herencia que sangra aún caliente
que mantiene fuerte el corazón su latido.

Transitó aquí con su pueblo, en su tierra
a la que amó y comió pan negro, amargo,
consumió semillas. Pero no se fue del todo.

Como dúctil metal brilla en la sierra.
Se puso negro el cielo de angustiado letargo
la sangre fluye purificada y a su modo. 
Antonio M. Medina

4 comentarios:

  1. Un estupendo soneto, Antonio, cargado de dramatismo, del dramatismo del hombre apegado a la tierra, que sufre su inclemencia y su beneficio.
    Me han gustado especialmente los dos segundos del primer cuarteto:
    "Brotó de su garganta, grito hiriente
    como el corazón de un pájaro prendido."

    Encantada de conocerte.
    Gracias por tu hermoso romance, al estilo de Federico García Lorca, que dejaste en mi blog. ¡Es delicioso!

    Saludos afectuosos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada Isabel:
      Mi vida siempre ha sido campo, ríos y montañas. La gente que me educo no sabía casi ni leer, pero no le faltaba corazón y ganas de aprender como yo aprendí de ellos, y fue mucho lo que me enseñaron, con el arado y el hocino.
      un abrazo

      “Aquí no hay más que un millón de carpinteros que hacen Ataúdes sin cruz, para los niños que van a morir F. G. Lorca (La historia se repite por desgracia).

      Eliminar
  2. Antonio, un soneto envuelto en semillas, espigas y brotes entre la sangre fluyendo purificada.

    Te felicito por tu manera de transmitir, eres un gran poeta.

    Gracias por el bellísimo comentario dejado en mi blog.

    Un beso.

    ResponderEliminar