El sábado 26 de mayo
Antonio y Daniela fueron en el tren de cercanías a Orduña. Unica ciudad de
Bizkaia que ostenta ese título www.urduna.com
En Orduña nos esperaba
Maite Durana, amiga propietaria de las bodegas Gure Ahaleginak www.gureahaleginak.com. Despues de un
desayuno en el Balneario fuimos a la bodega donde Txetxu nos explicaría el
proceso que se lleva a cabo con el viñedo, cuidados, riego, despunte, deshojado,
poda.
Todo un concierto de
palabras referidas a este elaborado proceso vinícola que da como resultado el
Txakolí un vino blanco digno de Baco. Por dejar algún ejemplo de algunas que me
sonaron a música:
envero, deshojar, clorosis
férrica (aunque suene a "palabro"), vendimia, maloláctico y un largo etc que
ocuparía demasiado, ¡ah! también apareció la palabra zahorí, pues fue una de
estas personas quien indicó el lugar donde había agua en la finca, en ese lugar
hoy día está el pozo que riega esta ubérrima tierra.
Las explicaciones de
Txetxu, concisas y detalladas aptas para neófitos en la materia como Antonio y
yo dieron paso a la cata propiamente dicha. Esta ya realizada de la mano de
Maite Durana.
En unas copas ad hoc para
la cata nos sirvió Txakolí y comenzamos a experimentar por los sentidos en este
orden:
-
Vista
-
Olfato
-
Gusto
La gama de adjetivaciones
que promueve mirar, oler y saborear un vino como este pasa por la gama cromática
de los amarillos pajizos, el olor a manzanas verdes o aromas herbáceos y el peso
de la madera de las barricas de roble francés donde el Txakolí se hace contador
de historias y si pones el oído atento oyes un bisbiseo magnífico además del
¡chin, chin! de entrechocar las copas en el brindis.
Toda una experiencia de la
mano de Maite Durana, profesional donde la haya que de esa tierra extrae, no sin
esfuerzo y dedicación, no exenta de mimo y respeto, un elixir de dioses que
cerrará este post.
Salud amigas y
amigos.
Antonio y
Daniela
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