Será
una astilla de madera en la sabana
y
que el viento la sople entre sus brazos
para
dejar de mirar al cielo que nos cubre
para
sentarme a mirar sus labios y su cuerpo,
lleno
de sueños; acompañando sus mañanas.
Dulce
muy dulce será la flor de loto
cuando
su alma se postre en su presencia
para
decirle amor, donde te encuentras,
que
tanto te buscaba y ni en sueños te encuentra.
La
noche de la iguana se posa en su contado.
Cual
servil y fiero la busca incansablemente
mientras
dormías, y que fortuna
poder
lentamente, sentir y soñarla a
través
del tiempo, conocerla
con
su habla de fuego.
Antonio
Molina Medina
20.07.20
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