Enamorado.
Del ruido del río,
de su agua que brillaba
de su bruma y su limpieza
humeando a las mañanas.
Sigiloso me traslada a su
silencio,
cuanto amaba y soñaba en su
regazo,
mecido, suspendido,
sumergido,
en sus aguas diluido;
que no olvido su frescura,
su pureza, su figura…
Como un museo eran sus aguas.
Antonio
Molina
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