Pocos son los atrevidos hundidos en esta carrera
frenética donde el hombre se aferra a las cosas mundanas, intentando soltar
lastre para caminar solo, escapando del bullicio ensordecedor que torpemente se
apodera de tu corazón, frenando inconscientemente o calculando la corriente
generosa que te lleva por los caminos de la amistad, el amor y la palabra.
Es realizable la amistad si de verdad la quieres
conquistar, solo tienes que olvidarte de ti mismo y darlo todo a los demás.
Cuando la encuentras, te trasforma y cada día te sorprendes de su sinceridad y
cariño, sabiendo cual es el papel de cada uno. De su corazón mejor no hablar,
hace tiempo que lo tienes complacido en su costado, con una sonrisa clara,
placenteramente humana, que sólo siente sus propios latidos, latidos que se
renuevan desde que comienza el nuevo día. “Renovarse o morir” es el secreto
para seguir con firmeza compartiendo vida y compromiso. La llama debemos
cuidarla, día a día, para que no se apague y, si es necesario, dar tu propia
vida para conservarla. Mejor estar muerto, que sentirte muerto en tu propio
cuerpo, arrastrando con ello a otras vidas, por la intolerancia que
conllevan el orgullo o la apatía.
Creo María que aquellos que
tratan de hacerte daño nunca lo deben conseguir hazte fuerte con las palabras
que manan frenéticamente de tu ser, y sigue…, si maravillosa María…, sigue
dándonos ese hálito de sueños, por los que caminamos, `por los que camino y
caminare mientras este trasto viejo de cuerpo ya añoso deje de respirar. Pero
mientras tanto, seguiré inmerso en tu cuerpo trasteando tus palabras que no
mutilas…, que las haces sueños y nos haces más sinceros.
El mundo necesita a mujeres
como tú que, solo con los latidos de tu corazón eres capaces de darnos la vuelta
a todo lo que malamente non inculcaron, sin
que aparezca ni el odio ni el despecho.
"a
caminar siempre erguida paso a paso cada día"
y
que tus pasos se sostengan entre nubes,
cuya
blancura nos excite que tu alma,
esta
sustentando tus palabras, engarzando
versos
llenos de plegarias, las que acomodamos
en
nuestros corazones que, insaciables
las
compartimos día a día…, noche tras noche,
entre
sabanas de perlas y en tu almohada.
Antonio Molina Medina
A caminar con la energía que me transmiten tus palabras, desde la gran amistad que nos une desde hace tanto tiempo, desde la generosidad de tu alma, siempre contigo, acompañada, cada día, caminando a tu lado, de tu mano, mi querido amigo antonio, siempre cerca de mí, ayudándome a sostenerme, con la fuerza que me transmiten tus palabras, con el cariño y la bondad de tu alma, me sostienes con la energía de tus palabras, siempre transparentes, siempre un alma pura, y generosa, no tengo palabras para expresarme lo mucho que me ayudas cada día, no las tengo amigo mío. Gracias por ser la luz de mis ojos, por hacerme ver el reflejo de tu alma, por ser para mis pupilas la enseñanza de bien, y de la bondad. Eres grande amigo mío y poeta. Un beso tan grande como lo eres tú.
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