De mis soledades vengo
y a mis soledades voy.
Por el camino me encuentro
gente con quién confesarme y
contarle todas mis penas,
mis alegrías en la vida.
Juntos sabrán a gloria.
Serán sustento y delicia
que sigan calentando una
vida.
Junto a la aurora divina
parten sin compromiso.
Poca cosa te diré y menos yo
te diría
si no fuese por tu ser de esa
mujer de valía
que supo en su día comprender
el valor que tiene una vida.
Tu entereza y comprensión
no lo desarrolla cualquiera
en
este mundo de locos,
de maldad bien manifiesta.
Los que dan consejos
y nos prometen la gloria
son los que más odio generan.
Que Dios nos pille confesados
si
vuelven a gobernar con los
curas,
las monjas y la ostia ‘consagra’.
Antonio Molina Medina
Felicitaciones, Antonio. Y que no se cumplan los peores pronósticos.
ResponderEliminarSalud.