Valle de Orduña. Bizkaia |
Cambias
de camino, escoges nuevas veredas y surcas senderos, detrás de pisadas que
reconozco, que dejaron huella y siento de nuevo mi cuerpo de iniciado viejo,
buscando el modelo que me hará feliz.
Y
renuncia a su vivir, inflado de sentimientos; doblando las esquinas encuentro
su vertiginoso pasado. Y la vida le volvió a soplar y hacinar su propio fracaso,
ya que, por más que se implicase, no supo mirar ni sentir, ni nacer de nuevo
entre las tinieblas de su corazón.
Se
aferró sin miedos a vida de ensueño, a
jergones sin lana, a corazones sin miedo, para dejar suelto el vencejo añejo de
campana acelerada, cuyo tañido se encontró en lo más oscuro del bosque, entre
rocas que hervían por la fuerza de los puñales del astro sol.
Ciudad de Orduña. Bizkaia |
Subí
colinas, montes escarpados, montañas nevadas de vértices nuevos, de seres
humanos que éramos como hermanos.
De cuentos… entre cuentos formamos los sueños. Driblamos la historia de un tiempo pasado. Cruzamos la mar. Vadeamos ríos en nuestra soledad. Caminamos por las playas dejando la huella en la fina arena que quema mis dudas. Buscando y hallando, resquicios de mi paz.
Sin
mirar atrás, camino por lo sencillo y lo cuerdo, y lo sublime y lo cierto, como
los amantes que beben del cáliz hasta saciarse de su libertad.
Valle de Orduña. Bizkaia |
Valle de Orduña. Bizkaia |
Saldré
a pasear por los prados con mis letras entre mis manos, con mi mente
regocijada; con solo mis manos limpias de sustancias, para seguir los caminos
que un día se enlazaron a mi mente. Y, despojado de lo ingrato, limpio de
sueños de maldad.
Antonio
Molina Medina13/03/18
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