ORDUÑA, SU VALLE Y LA CIUDAD

 

Caserío de Orduña-Bizkaia-País Basco

“Francioulle me estaba demostrando de forma perentoria e irrefutable que la embriaguez del arte es más apropiada que ninguna otra para ocultar los terrones del abismo, que el genio puede representar una comedia al borde de la tumba con una alegría que le impide ver esa tumba por hallarse perdido en un paraíso que excluye toda idea de muerte y de destrucción.”

Baudelaire.

 

Caserío de Orduña-Bizkaia- País Basco

ORDUÑA, SU VALLE Y LA CIUDAD

Las ortigas se dulcifican y adornan las veredas insertando ese ácido hirviendo, camuflado entre sus verdes hojas cual malvavisco doliente. Con su vara de avellano le sonreía su mente, caminando delante de los bueyes lentamente. Sus pensamientos eran libres golondrinas que revoloteaban inconscientemente, paladeando el aire que penetraba alejándose dentro de sus sentidos alborozados ya de simientes que nos dejaron la tierra bien sembrada. Mientras los caracoles se deslizaban junto a las tiernas babosas las que salían a nuestro paso para alimentarse del verde, verde de los campos tras dejar la noche sus huellas de caldoso suficientes.

 

Virgen de la Antigua-Orduña-Bizkaia

Mientras en la ciudad desde la torre del ayuntamiento y los altos de la iglesia de su plaza, revoloteaban las cigüeñas; algunas con la presa en su pico, alimento para sus crías protegiendo con amor y presteza la continuación de su raza a la sazón figura emblemática de años de gloria en la Ciudad que, seductora, abrigaba bajo sus alas a una porción de sencillos peregrinos que llegaban sin gabanes, ni pieles curtidas… Solo miedo y lágrimas en su huida de los que maltrataban a sus gentes, expulsándolo de su tierra nacimiento… despojados de su cielo y adormecida su mente para pasto de la exaltación de los que dejaron de respirar por la maldad de sus detractores, y expulsados por la carencia de semilla de sentimientos humanos ya que ¡estaban atrapados por la sangre!  que ellos vertieron. 

 

Orduña-Bizkaia-País Basco

Mientras la ciudad rodeada de sensaciones; nobles bosques nutridos de sentimientos de verdes conocimientos que les protegieron y resguardaron en la ciudad resguardada por la muralla de la tierra salvada de batallas moriscas, y de rancias palabras que nos convertían en seres sin ascuas. Guillotinas sin filo y troncos verdes que hasta las ascuas de la cocina se escandalizaban de tal patraña que nos alborota. Se precipitaba la sombra envalentonada de una figura mítica y fiel que nos protegía desde las alturas con una sonrisa plateada incluso nos llegó a cobijar del agua y el frío. El agua de la lluvia en las noches, acurrucados en su pavimento y firme suelo hasta el amanecer en nuestros sueños.

Basauri-Bizkaia-País Basco


Antonio Molina Medina

17.12.24

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