bajo un cielo gris y lluvioso
salpicando el líquido elemento
y protegido dentro de una carpa improvisada;
escuchando unos sonidos
que alegran mi alma,
mis sentidos, mis vivos recuerdos
y mi credo.
Se me parte el corazón
escuchando a mis Ángeles cantar,
voces que resuenan en el aire con arte.
Son especiales,
la de una mujer que con duende
derrocha su embrujo y corazón,
que con furia lo desprende.
Sabiduría brota de su cuerpo mana,
de donde se escurre la sal de su tierra
y una ‘jartá’ de sus cantes.
Son ‘Especiales’. Sí. Así les llaman
a los algecireños que brotan de ella.
Los de la Bahía , los del río de la Miel ,
Los de la sierra y el llano, los de la tierra mía.
‘Especiales’ son también sus mujeres.
Hombres que nos hacen soñar,
que producen vibraciones
cuando su cuerpo se acopla
confundiéndose con su briosa guitarra
y que el sonido de sus cuerdas
nos introducen, nos trasladan,
nos sumergen, nos trasportan
a un mundo nuevo:
el mundo del arte.
Son gente guapa y gallarda.
Son ‘Especiales’.
Son de Algeciras,
los de la tierra mía, que nos traen
a estas tierras de Vizcaya
el cante y el baile,
la sal de su tierra,
la voz de sus gentes,
su alegría y sus cantes.
También el lamento de un pueblo que sufre
engrandecido por la historia de su arte.
Mi corazón late con más virulencia,
ruge cual motor acelerado.
Ruidos desordenados
por digerir tanto arte.
Es natural. Son especiales. Son de Algeciras.
Donde su Bahía reluce como el sol
con su blancura, el parque de Las Acacias,
su plaza Alta, calles con solera,
y la grandeza de su gente,
los ‘Especiales’ te esperan.
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