Debajo de esa manta
de sombras que te mecen
está un corazón que
brama por salirse
del lugar que le dieron
los que te concibieron.
Eres como la luz que
alumbra al peregrino
en esta larga noche,
la de nuestro destino.
Que de tus manos
broten esporas,
que copulen e incendien
quemando las impurezas
que pululan por el aire.
Tus pinceles son plumas
que revolotean contra el
viento
como sables que se clavan muy
adentro,
buscando con esperanza
ese mundo más humano
que todos deseamos,
manteniendo con ardor
la luz que te ilumina
en tu largo caminar
entre sombras y ardillas.
Tú, con tu corcel, remontarás
camino al infinito,
aguerrido escultor,
espléndido inquilino.
Que tu sabiduría
perdure en otros siglos.
Molina Medina
cuanta belleza encierran tus letras
ResponderEliminarun abrazo cálido desde el calido clima de miami
Muy lindo todo lo que escribes, Un verdadero lujo leerte. Buen dia!!
ResponderEliminarEs necesario y sentido retroceder en el tiempo y mirar nuestros recuerdos que solo estaban ahí pero no los veíamos... Gracias por su atención. un abrazo
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