LA ES-FINGE

¡Como volaba su cuerpo!
¡A su alma le das alas!
y miraba nuestra nieve
que el Mulhacen ofrecía
junto al Veleta sus aguas.
Una mujer de trapío hizo
que su cuerpo volara,
su corazón convivía
latiendo cuerdas de guitarra.
Su sonar era su cuerpo.
Su corazón su esperanza.
Su voz la plegaria que 
en su corazón calaba.
El cielo cubre su cuerpo
entre sus sábanas blancas.
20/04/16
Antonio Molina Medina

1 comentario:

  1. Me ha encantado ese "latir cuerdas de guitarra".

    Precioso poema, entre voces susurradas y corazones enlazados.

    Un beso.

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