ENCARNA Y GRANADA

Encarna Martos…
Vibra la campana de la Vega en su día señalado.
Son los clarines del sueño que una vez más han despertado.
Veintiocho de febrero invernizo, ya atrasado, donde el manto
blanco de la nieve soplando está desde su costado.
Acuden los recuerdos, se resquebrajan los hielos
y se vislumbra un suave aleteo que, como una Alondra
recorre los cielos que, a flor de piel, evocan su recuerdo…
Con sus alas extendidas su corazón sigue surcando
por la senda de sus recuerdos que, envuelto
en su aleteo por los senderos añosos.
Aquellos que generosos, mantiene en su recuerdo.
Su mente se inflama expulsando los olores cuyo sabor le atrapa.
Sueños… sueños percibe desde los poros de su cuerpo.
 
Hoy hay nieve en sus montañas y su brisa salpica,
limpia su cara y la hace más hermosa, más humana.
Placida y sublime es su figura, la que adorna sus años
a los pies de su montaña cual sagrado mezclador
de años, entre palacios y plazas y copiosos
sus jardines de la Alhambra donde placía su amada.
26/02/16
Antonio Molina Medina

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