Sinovas-Aranda de Duero-Castilla y León |
Tras los cadáveres, los profetas alzaron sus voces, animando a
sus muertos a resolver los problemas de la convivencia.
Solo se salvaron los que amaban la tierra y la aprietan con sus
manos… sin fronteras… aquellos que soñaron y sueñan con la libertad encontrada
por caminos y veredas, donde todos los hijos de mujer gozaran de sus vidas y
serán capaces de ganar esas guerras las que nos hacen sufrir aquí en la tierra.
No habrá peligro que os detenga ni dioses que aprisionan a sus pueblos ni se
apropien de nuestra conciencia… mientras los ríos transitan por la
tierra… acompañados por un solo cuerpo con la sangre que genera cuya miel se
desliza por los que hoy nos alimentan.
Gumiel-Castilla y León |
Río Guadalquivir y Nervión y Genil y De la Miel… que se hermanan
en la mar y se hacen sucedáneos al contacto de sus aguas sofocando sus ansias
de poder gozar como hermanos para toda la humanidad… Entre hermanos, entre
amigos, se solazan sus aguas y en cada ser soñado después de gozar la tierra
que adornaron, la tierras de la montaña… y tierras del llano... Tierras que
amamos los humanos. Desde los olivares la savia del olivo nos limpian de males
y nuestro cuerpo se posa y reposa entre los animales dando y dejando sueños de
ahora y de mañana por todo el hemisferio de dorados granos de granadas y de
maíz y de trigo y cebada, para así alimentarse.
La muerte se vestirá hoy de luto y seguirá en silencio por las callejuelas
y por su plaza dejando atrás las chozas de piedra y de barro y palma y nos hará
poderosos contemplar nuestros cuerpos llenos de voces… de almas que aman… son
amantes que aman, que se quieren y sueñan ante el silbido de las balas, ante la
libertad hoy cercenada.
Gumiel-Castilla y León |
Todo lo expuesto os hará más humanos más flexibles… ante el frío
de la noche y el calor del verano (nos decía el poeta… el de hoy, el de antes,
el de antaño) y gozaréis de vuestros cuerpo… cuerpos que se funden… cuerpos que
se aman al rescoldo de la lumbre en las noches en calma.
No habrá más armas que empuñar, ni hermanos que tengamos que
matar; ni ríos donde se vierta la sangre derramada en más contiendas inhumanas.
Sinovas-Aranda de Duero-Castilla y León |
La luz inunda la tierra y el aroma que el viento nos deja, golpeara en la fragua, modelando los cuerpos y almas… aunque ya obsoleta por la mano del hombre, aunque, el humo, su humo y las ascuas, nos sigan quemando sus brasas y ocultando las noches en su calma.
02/10/17
Antonio Molina Medina
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