El Tunar-El Cobre-Algeciras-Andalucía |
Acuciado por el viento, la pieza de tela que envuelve el mástil impulsa
frenéticamente al pequeño velero. El timón que sus manos sujetan, es con rumbo
certero. Pliega su figura esquivando las olas del tiempo, las que barren su
mente. Deshecha sus miedos sin ira y cordura, las aguas se pliegan, barren su
propia cubierta.
Sumido en sus pensamientos, marcando el rumbo de su
vida, sin que nadie transija en su esfera.
Cansado, agotado del esfuerzo, pliega sus velas en
un remanso del lago. La oscuridad ilumina su noche. Reposando su cuerpo entre
un profundo sueño del mañana, que pletórico de luz le alumbraba, vibrando su
sonrisa con la brisa que le dio su calma. Después de una vida de angustia
encestada, la calma se adueña de su humilde cabaña.
Chorrosquina-El Cobre-Algeciras-Andalucía |
Sus miedos, siempre han sido una contradicción, un
limpio panal sin miel, sin afrecho…, solo agua manantial que brotaba
incandescente por los pliegues de la boca que se resistía a seguir la pauta del
mundo que le rodeaba.
Desde muy niño supo afrontar los miedos sin complejos,
recogiéndose con desenfreno y candor…, no tendría explicación, al ver los
miedos y día tras día caminar por ellos sin saber lo que eso significaba. Pero
nunca le paralizaron, ni le atropellaron y sabía que estaban. Solía contener la
curiosidad y no miraba hacia atrás, aunque le dominase algún que otro miedo. Ya
en la edad completa y sin recursos, ni a donde aferrarse para que no
aparecieran de nuevo, alguien le dio fuerzas para seguir luchando contra los
imponderables que nos rodean.
Río Genil-Chauchina-Graná... |
Qué curioso. Primero fue su madre, una mujer, después su abuela, una mujer, y al final del camino otra mujer le demostró cómo hay que afrontar los miedos sin titubeos ni carantoñas. De esta forma descubres que a través del miedo llegas a comprender lo que implica la “libertad” con los riesgos que ello impone.
Te haces más sabio, “entre comillas”, consciente de
las limitaciones del ser humano. Pero eso sí, sonríes sin darte cuenta de que
lo haces y dejas al personal algo intranquilo. Venturosas mujeres, lo
importante que son, para poder comprenderlo es necesario someterse a sus
consejos y como una sombra, salir despacio de ella, en silencio sabiendo que
merece la pena la entrega con la cabeza más sabia y el corazón disparando
flechas incendiarias, predispuesto a seguir tañendo sonidos de campana añeja.
Suaves ecos se deslizan por los prados donde ya los pájaros no dejan que el
miedo los domine aunque algunos quieran que retrocedan a la angustia a la
tiranía y la esclavistas que de niños contemplábamos el trato que recibían a
través de nuestras madres.
Valle de Orduña-Bizkaia |
El proceso ha concluido, los miedos no dejarán de estar, son inevitables, pero, controlándolos y viviendo entre ellos y con ellos aferrado a la mano que acuna su cuna, cuya sensatez atronase los cimientos por los que caminamos.
Antonio Molina Medina
12.03.23
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