Le prestó su mano. Lo necesitaba y le fuiste útil.
No sé si él lo fue para ella. Y le fue leal mientras
caminaban, pero él soñaba sin saber soñar,
pues nunca lo hizo.
Y él le preguntaba qué querías de él.
Y él se creía lo que él no era.
Y seguía sus pasos, amigo del alma,
mientras caminaba siguiendo su marcha,
dentro del afecto que dobló a su esencia;
la que se dejó querer en un camino incierto,
donde transitó su mente y se hizo su esclavo
en cuerpo y alma, en su soledad, más de lo normal.
Cambias de pasaje, escoge nuevas veredas y
surcas senderos, detrás de pisadas que reconoció,
que dejaron huella y siente de nuevo su cuerpo
de iniciado anticuado, buscando el modelo que le hará feliz.
Y renunció a su vivir, inflado de sentimientos;
doblando las esquinas encuentro su vertiginoso pasado.
Y la vida le volvió a soplar y hacinar su propio fracaso,
ya que, por más que se implicase, no supo mirar ni sentir,
ni nacer de nuevo entre las tinieblas de su corazón.
Noches poéticas - Bilbao-Bizkaia
Se aferró sin miedos a vida de ensueño, a jergones
sin lana,
a corazones sin miedo, para dejar suelto el vencejo añejo
de campana acelerada, cuyo tañido se encontró
en lo más oscuro del bosque, entre rocas que hervían
por la fuerza de los puñales del astro sol dentro de sus ruinas.
Recorría los pasos por el laberinto de interminables pieles
de caballería, en altillos de madera donde volvió a nacer
la fuerza del amor, mullendo de su mente,
entre cerros de libros, entresacando de ellos
animales bravíos, la cera y la miel el amor a la vida
donde evolucionaron todos los sentidos
que no consumió ni sintió que aun eran suyos.
Molino del Águila- El Cobre-Algeciras
Naciendo de nuevo.
Muriendo de ajeno aprendiendo a vivir en su compañía.
Subía colinas, montes escarpados, montañas nevadas
de vértices nuevos; de seres humanos
que eran como hermanos.
De cuentos… entre cuentos fundaron los sueños.
Driblar la historia de un tiempo pasado.
Atravesar el mar.
Vadearon ríos en sus soledades.
Caminaron por las playas dejando la huella
en la fina arena que quema sus dudas.
Buscando y hallando, resquicios de su paz.
Río de la Miel- Parque de los alcornocales.
Sin mirar atrás, caminó por lo sencillo y lo cuerdo,
y lo sublime y lo cierto; como los amantes que
beben del cáliz hasta saciarse de su libertad.
Sentir y sentirla.
Melodías de la naturaleza que se balancea
desde su ropaje, que se hace fértil entre sus ajuares.
La juventud se hace sabia, y preñada de
su eterna melodía.
Se aprecian los gritos que se explayan
en su cuerpo y explosionan susurros allí
donde fueron cámara de sueños, entre el silencio
que encabrita los cuerpos, apaciguando
su alma con el sabor a amar.
Hoy camina y escribe, y comparte sus letras,
y hace de nuevo vida nueva.
Para su corazón, ya cansado del tiempo de
mensajes sin vida, sin los sueños que ahora tiene…
sin mentiras que hieren... de pisar caminos,
sin rumbo, sin execración.
Nada quiere ni piensa, ni siente, que alguien
le retenga del recuerdo, ni la vida le separe
del aliento de su mundo el que, sin ira,
sin pesares, se hará hoy humanidad.
Saldrá a vagar por los prados con sus letras
entre sus manos entre animales caseros,
con su mente regocijada; con solo
su asistencia limpia de sustancias,
para seguir los caminos que un día se
enlazaron a su mente. Y, despojado de
lo ingrato, específico de sueños su propia eternidad.
13/03/18
Antonio Molina Medina
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