Majaralto-Alto. El Cobre-parque de los Alcornocales-Algeciras |
“A
los poetas nunca nos quedó bien en la cabeza la corona de laurel, esa corona
hecha de falso laurel y falso bronce que marcaba al que se la entregaban como
un pequeño histrión en la farsa de las épocas… A nosotros los poetas se nos
condecoró mejor con el destierro o con el largo silencio de las edades.”
Pablo
Neruda
Majaralto-El Cobre. Parque de los alcornocales-
Entre morir o vivir con esperanza,
apostó, por las letras cubriendo su mente de señales sinceras y voladas
palabras siguiendo el sendero de las hojas caídas de robles y encinas… de
olivos y verdes hojas de las viñas, rompiendo los ladrillos de barro y de
arcilla y piedras altivas que rodeaban su mente hoy sin trabas como lo hacíamos
con las bestias en la campiña que le impedían caminar por lo hermoso de su
vida.
Quizás hayan sido muchas las veces
que ha nacido de nuevo y cada día es más pequeño pero a la vez menos sumiso
descubriendo las ataduras que le impedían volar. Pausado y sin miedos, camina
cual pasajero ya sin prisas abrazándose a los campos poblados de olivos entre
matas de hojas verdes de sandías y melones y de esa vega que alivio sus ansias
entre regadíos morunos, donde no se desperdiciaba ni una gota de ese caldo en
su consumo el que la tierra absorbía; mientras los sueños de sus gentes eran
reconocidos y observados desde la luz de sus ojos aferrado a los pezones de
mujeres que todo lo compartían incluso la leche que les sobraba eran degustadas
de las colinas de sus pechos las que les sobraban para compartirla con los que
no lo tenían aportando sus calorías a los que insuficientes no le llegaban
para sus crías: mujeres que entre los rastrojos dejaban sus uñas en la
rebusca de alimentos para sus familias entre los surcos de ese amor que un día
nos dieron que nos llenó de esperanza…
El Cobre-Algeciras- Majaralto. Parque
Mientras los ciclos amorosos de la
vega y el agua que fluía de sus pozos mantenían en verde verde de sus prados de
donde brotaba la esperanza y en sus chozas adelantadas de paneles de corcho
dormían sus enjambre las que engalanadas a las flores entre el polen que
dejaban caer desde sus patas entre cánticos de sirenas y revuelo de alas de
colores procedentes de el blanco relucir de naranjos los que depositaban su
riqueza que de sus ramas ellos cogieron cual glorioso alimento para sus crías.
El Cobre- Sendero río de la Miel-Algeciras
Se vadeaba los ríos caminando en
compañía de la luna cuya sombra nos seguía a través del agua la que sin pudor
cantándonos coplas entre sus venturas y desventuras, mientras las cigüeñas
revoloteaban en sus nidos arropando a su camada. Levantando el vuelo con las
primeras rayos de luz oteando los rastrojos para obtener esa pitanza para sus
crías que dejaban en sus abiertos picos para saciar su hambre.
22.04.23
Antonio Molina Medina
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