LA POTRILLA


 
La potrilla no deja de correr,
y el herrero la quiere repones
pero ella resopla y brinca
es la vitalidad que mana de su vida.
En su vivir y soñar el herrero ya no puede más
se da por vencido y la deja trotar
ella se pone a pastar,
verde hierba con agua sin clorar,
 
para reponerse de un gran esfuerzo,
para retozar con todo su cuerpo
de ojos negros y pelo curtido
que se blandea con un soplo de viento.
 
En su galopar arrastra una vida
rescatándola del barro y la ira
sus poderosos brazos le izaron del barro
ofreciendo su cola de cuerda infinita.
 
Asiendo con fuerza a la joven potra
cogiendo su cola le saca del mal
y se enrosco en ella, como verde hiedra
cuerpo sumergido.
El agua de mar con la sal fundido.
Antonio Molina

4 comentarios:

  1. Nunca se sabe lo que un animal pueda hacer por uno...
    los caballos son muy sociables
    cosa que a veces sorprenden...

    y son hermosos!

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    1. Gracias por tu visita. Estoy de acuerdo contigo son seres vivos y con los ojos divisan todos tus movimientos.

      un saludo

      Antonio

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  2. Un gran poeta es el que, como tú, hace cualquier clase de poemas, incluso, dedicado a los animales, como en éste caso, a la potrilla.

    Un deleite disfrutar de tus poemas.

    Un beso.

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    1. Gracias María..., pero, poemas grandes y pequeños en versos son los que su señoría confecciona que llegan mas haya del corazón...

      un beso

      Antonio

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