VIVIR

Hubo un tiempo que llovía
grumos de barro
que cubría su cuerpo.
Lentos eran sus pasos;
el barro acumulado
aminoraba sus pies,
ahogado en su respirar
inmerso de su legado.
Las rosas rojas muy rojas
se cruzaron a su paso
y él se aferro a sus tallos.
Broto la sangre en sus manos
que él cubrió con tiritas
masticando con la sangre
su orgulloso pasado.
Hoy lejano y conformado
mira el camino ya andado
y sonríe trasformado
dejando atrás sus miserias
que desprendió desde el suelo
de un cuerpo acomodado.
Antonio Molina Medina

3 comentarios:

  1. Qué bonito tu poema, amigo antonio. La vida es un caminar, a veces, muy cuesta arriba, otras, cuesta abajo, y algunas veces, nos tenemos que detener porque no podemos continuar, y en esa parada, retomarmos oxígeno para respirar y abrazarnos a nuestros pensamientos para poder continuar el camino con más fuerza.

    Un beso.

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  2. A veces las espinas, con el tiempo logran maravillas, como detenerse y volver la vista atrás y darse cuenta que el tiempo pasado es lo que ha hecho de nosotros lo que somos
    Otro abrazo, Antonio

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  3. Precioso el examen que haces de la senda que nos toca caminar.
    Antonio...siempre adelante, con barro, lluvia y penurias.
    Un abrazo.
    Ambar

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