Así
hicieron desde mi niñez... se apoderaron, me robaron ¡secuestraron mi alma!
porque nos negaron la cultura. Era exclusiva para los poderosos, los que nos
aplastaban con la bota en el cuello y se apoderaron de la cruz de los pobres,
para machacarnos y cerrar nuestra propia ventana.
Pero
siempre hay tiempo, un lugar en el tiempo; un libro oportuno o una voz en el
desierto (quizás la del Maestro) El de los pobres… que hasta ese nos lo robaron
para cometer sus tropelías.
Un
buen día, levantando la mirada, cambias de rumbo y la libertad que un día nos
negaron, aparece furiosa y se ocupa de tu alma. La hace más dúctil, más suave y
más sana. Su corazón se desprende del yugo al que estaba sometido, porque la cultura
se apodero de él con fuerza que aplaca. Como las garras de un Águila se asió a
su alma.
03/08/17
Antonio
Molina Medina
Qué bien volver a leerte, mi querido amigo Antonio, extrañaba tus entradas, y ya estás de nuevo por aquí, latiendo emociones, un placer leerte.
ResponderEliminarBesos de admiración y cariño.
Todo llega a su tiempo, un alma libre no puede ser prisionera eterna, se desprende furiosa un día cualquiera y nada vuelve a ser como era.
ResponderEliminarUn placer volver a visitarte, Antonio
Nos podrán robar todo lo que quieran, todo menos el alma y su sentir, porque es libre de soñar y pensar en su recóndito entrsijo, a su antojo y sin fronteras.
ResponderEliminarLuego doy un repaso.
Un gran abrazo amigo Toñín.
Ambar
Mi querido Antonio, mientras exista la esencia en nuestra alma, somos afortunados porque nos queda lo mejor del ser humano, eso nadie nos lo puede robar jamás. Abrazos y me alegro de tu vuelta.
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