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| Sinovas Aranda de Duero Castilla y León |
Qué
difícil es vivir sin ilusiones,
sin
nada que llevarse a la mente.
Sin
un ¡te quiero!
Que
resuene en su vida, sin un
¡te
necesito mi alma!
Parece
cursilería.
Quizás
los libros de caballería,
de
hidalgos y de cuentos de hadas,
le
están provocando la locura.
No
soporta la rutina.
Es
difícil vivir en ella,
hacer
las cosas mecánicamente,
porque
hay que hacerlas.
Sin
más.
Se
siente hueco por dentro.
Muerto
y se revela.
Sabe
que es tarde.
El
peso de la losa es grande y pesado.
Solo
le queda la palabra.
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Qué
razón llevaba Blas de Otero.
Sólo
le queda la palabra la que surcan en el aire
a
través de la distancia inundando su alma.
A
veces unas palabras. LAS PALABRAS.
Un
rato de conversación te libera tu
interior
y te quedas atrapado de la persona
que
amas, porque en esas palabras has
dejado
escritas un retazo de tu vida y
te
llevas los ojos de la amada
junto
al roce de sus labios y su cara.
Recuerdos
imborrables que se
mantienen
su limpieza y su calma.
Con
ella alimenta su vida que creía terminada.
Realidad
que forma parte de muchos seres,
de
aquellos que aun sienten que la vida
les
corre por dentro, por todo su interior.
Hay
tanto muerto viviente que le
ahoga
la sensación que brota de su calma,
rompiendo
los muros de la nada.
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14.10.21
Antonio Molina Medina
Que seriamos sin ilusiones, sin sueños, sin esperanza estariamos muertos en vida.
ResponderEliminarQue linda reflexion sobre el amor del pasado y esos recuerdos imborrables con esa persona amada, ellos colman de ilusion tu vida.
Admiro tus letras y esa imagenes que parecen ser de frutos rojos.
Un beso Antonio!!
La gran verdad es que: no estamos solos, ya que entre las nubes negras que nos azotan, están las nubecillas blancas en forma de ovejita, la que recuerdo en las noches claras durmiente en la era entre la parva del trigo la que nos acompañaba en esas noches donde los sueños revoloteaban sin pauso muy cerquita de las aguas de su rio.
EliminarGracias por recordarme esos momentos tan gratos a pesar del tiempo trascurrido con la fuerza de aquellos instantes de nuestra niñez…
Un besote.